10:06 10 de octubre del 2006
Los villanos de la ciudad tenían en sus manos armas avanzadas provenientes de un lugar en Alaska. Para proteger a los ciudadanos no había otra opción que eliminar la fuente.
Mientras ultimaba los preparativos para desplazarme a Alaska, Minhea III principe de Valaquia me llamó. La señorita Virgina Potts, que de alguna forma tenia su numero privado de teléfono, había descubierto un acceso no autorizado a sus ordenadores. No estaba preocupada por los datos robados a industrias Stark, pero había algo en esos ordenadores que no habían desarrollado ellos. Una tecnología llamada “Extremis”, un proceso similar al suero del supersoldado, que Tony Stark había usado sobre si mismo.